Enfermedad de Parkinson y cirugía de estimulación cerebral profunda

¿Qué es el Parkinson y cómo ayuda la cirugía de estimulación cerebral profunda?

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta principalmente el movimiento. Se produce por la disminución de dopamina en el cerebro, una sustancia química que permite la comunicación entre neuronas. Aunque no tiene cura, existen tratamientos que pueden mejorar significativamente la calidad de vida, como la cirugía de estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés).

¿Cuáles son los síntomas del Parkinson?

Los síntomas suelen comenzar de forma leve y progresar con el tiempo. Los más comunes incluyen:

  • Temblores en reposo (especialmente en manos).
  • Lentitud de movimientos (bradicinesia).
  • Rigidez muscular.
  • Inestabilidad postural y problemas de equilibrio.
  • Cambios en la escritura, el habla o el estado de ánimo.

A medida que avanza, puede dificultar tareas cotidianas como caminar, abotonarse la ropa o comer sin ayuda.

¿Qué es la estimulación cerebral profunda?

Es una cirugía que consiste en implantar electrodos en áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento. Estos electrodos se conectan a un pequeño generador (similar a un marcapasos) colocado debajo la piel en el pecho, que envía impulsos eléctricos para regular la actividad cerebral anormal.
Esta técnica no cura el Parkinson, pero puede ayudar a reducir los síntomas motores, mejorar la movilidad y disminuir la necesidad de medicamentos en ciertos pacientes.

¿Quiénes pueden beneficiarse?

No todos los pacientes con Parkinson son candidatos para esta cirugía. Generalmente, se considera en personas que:

  • Han sido diagnosticadas por varios años.
  • Tienen buena respuesta inicial a los medicamentos, pero sufren efectos secundarios o fluctuaciones.
  • No presentan demencia u otros trastornos psiquiátricos graves.
  • Mantienen un buen estado general de salud.

Datos clave

La estimulación cerebral profunda es una opción segura y efectiva para ciertos pacientes con Parkinson avanzado. Puede mejorar la calidad de vida, reducir los temblores, la rigidez y las fluctuaciones motoras. El procedimiento es reversible y ajustable, y su éxito depende de una evaluación cuidadosa por parte de un equipo neurológico y neuroquirúrgico especializado.