Cirugía de columna: hernia discal y estenosis espinal

¿Cuándo se necesita cirugía de columna por hernia discal o estenosis espinal?

La cirugía de columna puede ser una opción cuando los tratamientos conservadores no alivian el dolor o los síntomas neurológicos causados por condiciones como la hernia discal o la estenosis espinal. Estas patologías afectan la estructura de la columna vertebral, provocando compresión de los nervios y molestias que impactan la calidad de vida.

¿Qué síntomas producen estas enfermedades?

En el caso de la hernia discal, el disco intervertebral se desplaza y presiona un nervio, provocando:

  • Dolor lumbar o cervical.
  • Irradiación hacia brazos o piernas (ciática).
  • Hormigueo, debilidad o adormecimiento.

La estenosis espinal es el estrechamiento del canal vertebral, que también comprime los nervios, generando:

  • Dolor al caminar o estar de pie.
  • Sensación de pesadez o debilidad en extremidades.
  • Mejoría al sentarse o inclinarse hacia adelante.

¿Qué tipos de cirugías se realizan?

Dependiendo del diagnóstico y la localización del problema, el neurocirujano puede indicar:

  • Microdiscectomía: se retira parte del disco que está presionando el nervio.
  • Laminectomía: se amplía el canal vertebral para liberar los nervios en casos de estenosis.
  • Fusión vertebral: se estabilizan dos o más vértebras con implantes, cuando hay inestabilidad.
  • En muchos casos, se utilizan técnicas mínimamente invasivas, lo que permite una recuperación más rápida y menos dolor postoperatorio.

¿Cómo es la recuperación?

La rehabilitación incluye fisioterapia para recuperar movilidad, fortalecer la musculatura y prevenir recaídas. La mayoría de los pacientes retoma sus actividades habituales en semanas, aunque dependerá del tipo de cirugía y del estado general del paciente.

Datos clave

La cirugía de columna no siempre es la primera opción, pero puede ser altamente efectiva cuando hay dolor persistente o compromiso neurológico. Un diagnóstico adecuado y la evaluación de un especialista en neurocirugía permiten determinar el momento ideal para intervenir y elegir la técnica más segura para cada caso. La recuperación integral incluye reposo, movimiento guiado y seguimiento médico continuo.